Michael Jackson por siempre
Música por dentro
Jessie Cervantes
Aquí vamos con la última columna de este 2011, y qué mejor que cerrar con una reseña de lo que vi en Las Vegas el pasado 24 de diciembre. En mi mente rodaba la idea de que para alguien que ama la música y sobre todo el pop, no podía existir mejor idea que ir a ver el The Inmortal Tour de Michael Jackson, producido bajo la firma canadiense del Cirque du Soleil, justo antes de la cena de Navidad, así que convencí a todos en casa y nos fuimos a la función de las 7 al Convention Center del hotel Mandalay Bay.
La primera sorpresa fue que a pesar de que había mucha gente, no sólo no estaba lleno, sino que apenas pasaba de media entrada, lo cual justifiqué de inmediato pues era día de Navidad y el lugar es grande, de hecho, fue el recinto de la entrega del Grammy Latino en noviembre pasado.
Otra sorpresa fue el retraso de casi 15 minutos en el inicio del espectáculo y es que cuando se habla de un show de esta naturaleza, bajo los estrictos estándares de calidad que se deben guardar para producirlo, empezar tarde es uno de los detalles que más se deben cuidar.
Pero entremos de lleno en el show, que por cierto sale de gira por Estados Unidos, donde confirman más de 47 ciudades y más de 50 shows, para que se den una idea de la dimensión de la gira en Los Ángeles harán el Staples Center y en Nueva York el Madison Square Garden con lo que espero no les pase lo del centro de convenciones en Las Vegas, el musical es realmente bueno, sorprende en todo momento y guarda también en cada instante la esencia del Rey del Pop.
El escenario es grande y de proporciones cuidadas, lleno de leds en pantallas que suben y bajan que se juntan, que rompen visualmente, pero que siempre acompañan el ritmo extraordinario que lleva la música, algo que no puede faltar en un lugar donde se lleve a cabo un homenaje a Michael es el baile y aquí no es la excepción, la figura central es un brake dancer que se mueve y te lleva a reflexionar en el cómo un ser humano puede lograr tal grado de perfección, en la armonía que debe llevar su cuerpo con el ritmo y sorprender al máximo a la audiencia. Del resto todos bailan de forma que el mismo Rey estaría orgulloso de ellos.
En este caso la acrobacia pasa siempre a un nivel donde sólo se presenta como parte del nombre de la marca que hace el tour pero de ninguna manera está por encima de la música, el video y el baile. De las canciones debo reconocer que están las mejores, que cada uno de los grandes éxitos están acompañados de una producción diferente con lo que se crean distintas escenas a lo largo de las casi dos horas que dura la obra, los arreglos a las canciones los hizo Kevin Antunes, un hombre experimentado que ha trabajado básicamente para Madonna y Justin Timberlake. Yo hubiera esperado quizá a alguien cercano a Jackson, por aquello de la pureza que exigía siempre, pero la verdad es que supo Antunes jugar de buena forma con la voz del Rey y con las muy cuidadas nuevas versiones.
El álbum está a la venta no sé con qué tanto éxito, en resumen The Inmortal World Tour es algo que no deben perderse, confío en que para finales del próximo año llegue a México y sé que en nuestro país su éxito será seguro, sólo que me queda la duda, si no se debieron buscar recintos más pequeños para asegurar siempre lugares llenos, que es como a Michael Jackson le gustaba tener sus conciertos.
Enlace a la nota: http://impreso.milenio.com/node/9086376