El pasado miércoles se cumplieron 15 años del lanzamiento del tema “Blood on the Dance Floor”. Joseph Vogel, autor del libro Man in the Music: The Creative Life and Work of Michael Jackson, publicó un interesante artículo acerca de la creación del tema como lo cuenta el productor Teddy Riley, con quien tuvo una entrevista.
A continuación traduzco el artículo entero.
El 6 de junio de 1990, el productor y músico Teddy Riley debía de estar en la fiesta de cumpleaños de su amigo y compañero de banda, en vez de eso, pasó la noche en un estudio de Soundworks en la Avenida 23 de Queens, trabajando en temas para no otro que el Rey del Pop, Michael Jackson.
“Les dije (al grupo) Tengo mucho trabajo que hacer,” recuerda Riley. “Michael era mi prioridad. Iba a ir pronto a California para verlo, y él quería que llevara mi mejor trabajo.”
Fue una decisión fortuita.
Después esa misma tarde, Riley se enteró de que alguien recibió un disparo en la pista de baile en la fiesta que se perdió, el se estremeció. A sus 23 años, violencia y muerte ya se habían convertido en un tema recurrente en su vida. En ese mismo año, su medio hermano y mejor amigo fueron asesinados también.
Riley se impresionó al conocer el título de Jackson para la canción: “Blood on the Dance Floor.”
“Él sabía de que se trataba incluso antes de que le contara lo que pasó esa noche.”
El ritmo de la canción en la que Riley trabajó esa noche era agresivo, siniestro, amenazante. Pero no tenía letra, título o melodía.
El sábado siguiente estaba en camino a ver a Michael en el Rencho Neverland. Riley estaba nervioso. Michael ya había tratado con algunas personas de reemplazar al legendario productor Quincy Jones, incluyendo a L.A. Reid, Babyface y Bryan Loren. Nadie se quedó.
Michael Jackson tenía grandes expectativas para Teddy Riley, cuyo estilo New Jack Swing inspirado en las calles fusionó jazz, góspel, R&B y hip hop. De hecho, su máximo logro quizás, fue crear un puente que conecte el R&B y el hip hop, un puente que Michael había estado tratando de encontrar desde Bad.
Jackson escuchó cuidadosamente las cintas que Riley trajo y al instante le gustó lo que escuchó. Las canciones usaban acordes diferentes a los que estaba acostumbrado. Los ritmos eran frescos e inquietos. El compás abría con velocidad y golpeaba como martillo.
Entre varios temas que Jackson escuchó ese día estaba el que Riley creó la noche de aquella fiesta. Jackson no tenía idea del contexto. “Él no sabía nada de eso,” recuerda Riley. “Nunca le conté nada de eso.”
Un par de semanas después sin embargo, Riley se impresionó al conocer el título que Michael escogió para el tema: “Blood on the Dance Floor.” A Riley se le puso la piel de gallina. “Fue como si hubiera profetizado esa canción. Sintió el ánimo en ella.”
En los meses siguientes, Jackson y Riley comenzaron a trabajar en una variedad de temas, algunas veces por separado, algunas veces juntos en los estudios Larrabee de Los Angeles. “Recuerdo que regresó con esta melodía, ‘Blood on the dance floor, blood on the dance floor.’ Pensé ¡Wow! El inventó esta letra y armonías. Luego empezó a construir la canción, capa por capa.
Riley usó una caja de ritmos antigua (la MPC 3000). El tambor se comprime para que el sonido salte como una pequeña explosión (“Lo quiero seco y en tu cara,” solía decir Michael). Era un sonido que usaron a lo largo de Dangerous. “Escucha ‘Remember the Time,’” dice Riley. “Es muy similar.”
A fin de cuentas sin embargo, “Blood on the Dance Floor” no se incluyó en Dangerous. “No estaba completamente terminado,” dice Riley. “Aún faltaban partes vocales. A Michael le encantaba la canción, pero la escuchaba y decía, ‘Me gusta lo que hiciste aquí, pero aún necesitamos esto aquí.’ Era un perfeccionista.”
Mientras continuaban las sesiones de Dangerous, otros temas comenzaron a tener prioridad, incluyendo “Remember the Time” e “In The Closet.” Michael no continuaría trabajando en “Blood on the Dance Floor” hasta 7 años después. Ahora es enero de 1997. Michael estaba en medio de su tour HIStory y decidió visitar Montreux, Suiza durante un descanso entre la primera y segunda parte del tour (según reportes de prensa, mientras estuvo ahí también intentó comprar la casa de su ídolo de mucho tiempo, Charlie Chaplin).
Ahí, en el estudio Mountain, Michael trabajó en la vieja demo. “Tomamos la cinta de audio digital (DAT) de Teddy y trabajamos en ella con un equipo de cuatro personas,” recuerda el músico Brad Buxer. Las pistas completas (mezcladas por el ingeniero Mick Guzauski) fueron modeladas muy similares a la última versión que grabaron Michael y Teddy.
“Cuando la escuché terminada, quise ser yo el que lo hubiera hecho,” recuerda Riley. “Pero Michael sabe lo que quiere, y estaba contento con ella.”
Era de alguna manera, una canción de baile inusual. Como “Billie Jean”, su tema principal era oscuro y perturbador (en este caso, ser apuñalado por la espalda en el lugar menos esperado – la pista de baile). Las vocales cortas y ásperas de Michael evocan una sensación de aprensión, mientras que el lienzo electro-industrial evoca un entorno moderno y urbano. Aún así, la canción no es para nada desoladora. El compás retumba las bocinas como un látigo y el gancho es irresistible.
Michael le dijo a Teddy que la canción iba a ser un éxito aplastante. “Lo explicó así: Un éxito es una canción que se mantiene en las listas por una o dos semanas. Un éxito aplastante es una canción que se mantiene ahí por seis semanas,” dice Riley. “Él pensaba que ‘Blood on the Dance Floor’ era un éxito aplastante.”
“Blood on the Dance Floor” fue lanzada el 21 de marzo de 1997. Extrañamente, la canción no fue promocionada como sencillo en los Estados Unidos. Riley dice que a Jackson no le importó esto. “No le preocupaba.” Sin embargo, a nivel mundial, la canción prosperó, llegando al Top Ten en 15 países y llegando al número 1 en 3 (incluyendo el Reino Unido). También fue material para hacer remixes y se tocaba frecuentemente en discos y rutinas de baile. Hecha de lado por los dos discos de estudio más importantes de esa década, “Blood” irónicamente se convirtió en una de las canciones con ritmo más durable de la década de los 90.
Quince años después, ¿qué hace a la canción única? Le pregunté a Riley. “Sólo era un sonido directo y agresivo para Michael. Siempre buscó algo más fuerte. Pero lo realmente asombroso es como el premeditó la energía de la canción. Él supo de lo que se trataba incluso antes de que le contara lo que pasó aquella noche. Nunca he visto algo o a alguien tan poderoso como Michael.”
Fuente: The Atlantic
Traducción: MJMéxico
sábado, 24 de marzo de 2012
Sabías que...? "Blood on the Dance Floor"... en efecto!
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