jueves, 5 de diciembre de 2013

Children


Los niños me muestran en su sonrisa lo divino en todo. Esta simple bondad brilla directo de sus corazones. Esto tiene mucho que enseñar. Si un niño quiere helado de chocolate, sólo lo pide. Los adultos entran en dilemas sobre si comerse el chocolate o no. Un niño simplemente disfruta.

Lo que necesitamos aprender de los niños no es ser infantiles. Estar con ellos nos conecta con la sabiduría profunda de la vida, que está siempre presente y sólo pide ser vivida. Ahora cuando el mundo está tan confundido y sus problemas tan complicados, siento que necesitamos nuestros niños más que nunca. Su sabiduría natural nos apunta a las soluciones que están ahí, esperando a ser reconocidas, en nuestros propios corazones.
MJ.